jueves, 23 de octubre de 2008

Cocina por TV, parte I



Durante muchos años lo único que podíamos ver en tv sobre cocina eran algunos breves segmentos dentro de esos programas matutinos aburridísimos de los 70's y 80's que parecían dirigidos a amas de casa de los 50's (todavía encuentro algunos programas que me recuerdan aquellos). La televisión mexicana tenía casi como única cocinera a Chepina Peralta, una señora que llegó medio por casualidad al medio televisivo, casi sin saber cocinar, y que con los años fue haciéndose de una considerable colección de recetas (que desde luego incluían los ingredientes que sus patrocinadores querían vender a la "gran familia mexicana"). Pero me parece que a cocinar, lo que se dice cocinar, nunca aprendió.
Con Chepina y con otras conductoras de segmentos de cocina, lo que los productores buscaban eran mujeres con las que las espectadoras pudieran relacionarse, a quienes sintieran cercanas, como una amiga que les pasa una receta.
En los 90's empecé a ver cambios. Al principio sólo en la tv por cable. Creo que fue por el 95, más o menos mientras escribía mi tesis, que me aficioné a La cocina italiana de Biba, de quien ya he hablado por aquí, y a El Café Caprial, con la Chef Caprial Pence. ¡Por fin eran cocineras profesionales las que veía! Y como tales, eran mucho más cuidadosas con la técnica, y explicaban paso a paso lo que hacían y, en muchos casos, porqué lo hacían. La cámara se acercaba y uno podía ver exactamente cómo se amasa la pasta, qué consistencia debe tener, cómo se pica una cebolla y ...¡oh, oh! ¿por qué yo no puedo picarla como ella? ¡Claro! Ahí empecé a notar que tenía que invertir en unos cuchillos adecuados y también en una máquinita para pasta (que -by the way- guardé tan bien cuando me fuí a Argentina, que ahora no la encuentro).
Había también este otro programa en el que visitaban a chefs reconocidos en el mundo (o mas bien en Europa) y ellos preparaban algunos platos de su restaurante frente a las cámaras. Ahí tambien aprendí unas cuantas cosas.
En la televisión mexicana me parece que el gran salto lo dió El rincón de los sabores, pero ese programa fue tan bueno que merece un capítulo aparte, o, como diría Michael Ende, es otra historia y será contada en otra ocasión...

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