lunes, 6 de octubre de 2008

Atl

Atl es la palabra nahuatl para agua. En la secundaria me enseñaron que el agua es incolora, inolora e insípida. Siempre pensé que mi maestra de química debía padecer algún tipo de deprivación sensorial para decir eso. ¿el agua insípida? Mi bebida favorita es cualquier cosa menos insípida.
No sólo tiene un "sabor característico agradable", como decía el profe de química de la preparatoria (quien al parecer tenía un paladar más afinado que su colega), sino que cada sitio por el que pasa en su camino le imprime nuevos sabores con su huella de minerales.
Por eso me hace feliz que al llegar a mi restaurante favorito (Pujol, but of course!) lo primero que pregunten a los clientes es ¿qué agua prefiere beber?. Y no se refieren sólo a la típica pregunta ¿con gas o sin gas?, sino que nos presentan una vandejita con unas seis botellitas diferentes, nacionales e importadas, para elegir.
Cada una con su sabor característico, para que las maridemos con los platillos de la carta. Desde luego siempre que se pueda elegiré agua natural de manantial, recordando aquel comercial con el padrecito que decía "si las aguas tienen que ser purificadas, cuántos pecados habrán cometido". Pero aún ahi, no es lo mismo un manantial que otro.
En fin, en gustos se rompen géneros y no voy a decir hoy cuál es mi agua favorita (tengo toda una clasificación en mi memoria gustativa entre las diferentes aguas embotelladas e incluso de la llave -canilla- que he probado y las jerarquías están clarísimas). Los invito a disfrutar las que tienen a mano, a encontrar las diferencias y a disfrutarlas.
Y después, claro, algo habrá que hacer con el envase, así es que ahi les va este instructivo para compactarlos.

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