jueves, 18 de septiembre de 2008

Más brioche

Casi por casualidad descubrí que la masa brioche, además de hacer un delicioso pan (el tradicional brioche, con su bolita arriba o las mexicanas "rebanadas", esas que llevan por encima mantequilla y azucar) se puede usar como base de tartas. No sé como se hará esto según la ortodoxia culinaria, pero puedo decir como lo hice yo, hace dos días, y francamente me quedó muy bien.
Reserve 200 gr de la masa que preparé para hacer pan. Con un rodillo aplané la masa lo más que pude, aunque por más que se estira, el gluten que contiene la hace encogerse nuevamente, así es que es un poquito difícil de manejar. Forré un molde para tarta (de esos de aluminio desechables) y loque logré fue cubrir todo el fondo, los laterales no se mantuvieron en su sitio.
Dejé que la masa levara y junto con el resto de las piezas de pasn lo metí al horno. A mitad de la cocción lo saqué y con una cuchara aplasté todo el centro y sólo dejé gruesa la orilla (tenía que hacer espacio para el relleno), a la que barnicé con huevo. Lo metí otro poquito al horno y lo saqué antes de que dorara (pues si no, al volver a hornearlo con el relleno se podía chamuzcar).
Ahora el relleno. Doré en mantequilla cebolla, jamón cortado en cuadritos y ejotes (chauchas). Le agregué un poco de vino blanco y dejé que se redujera hasta consumirse. Entonces apagué el fuego y mezclé todo con ricota, un huevo batido y un poco de parmesano. Al horno de nuevo hasta dorarlo y listo. Quedó buenísimo. La consistencia y el sabor ligeramente dulce de la masa son inusuales pero adictivos. Ya la quiero volver a hacer.

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