lunes, 1 de septiembre de 2008

Cebollas I

La cebolla parece ser una de las primeras plantas cultivadas por el ser humano, y hoy en día puede ser la hortaliza más popular en el mundo, presente en todas las gastronomías, en infinidad de preparaciones. Mucho se puede decir de este bulbo, así es que me animo a afirmar que esta será la primera de varias entradas sobre el tema.
En general es un producto barato, pero recuerdo que en diciembre de 2006, en México llego a estar alrededor de los 40 pesos (4 dlls.), ¡Una locura! Y justo entonces (yo siempre tan oportuna) vine a descubrir la maravillosa receta de la mermelada de cebolla. Afortunadamente no lo dejé para después, a pesar del precio, pues tal vez la hubiera olvidado. La probé, la modifiqué levemente, y desde entonces es un clásico. La he vendido y regalado por montones, a pesar de la lloradera al cortar las redondas y blancas liliaceas, a pesar del intenso olor a vinagre en la casa y la ropa. ¡Mmmmmh! Su sabor sobre una galleta con queso, o sobre un filete de pescado a la plancha es único y exquisito, con su toquecito de estragón. La receta... secreto de la casa. Pero he aquí una preparación rápida que acompaña maravillosamente el pescado:
Cebolla picada y un poco de estragón seco se ponen en una sartén pequeña con la cantidad de vinagre suficiente para cubrirlas (funciona bien con vinagre de vino o de manzana, un chorro de aceto balsámico le va de maravilla). A fuego medio y moviéndolo de vez en cuando, se deja hasta que el líquido se reduzca por completo, en ese momento se le agrega pimienta recién molida y un poco de miel. ¡Queda buenísimo!
Se dice que para no llorar al picar la cebolla, el mejor antídoto es el agua fría. Algo que descubrí hace tiempo es que los lentes de contacto también evitan llorar, ¡ay! pero si se me ocurre picarlas usando anteojos, ardor y mares de lágrimas seguro. ¿Por qué nos hace llorar?
Mañana la respuesta y algo sobre cebolla y literatura.

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