martes, 23 de septiembre de 2008

Hay esperanzas

Y a pesar de todo parece que hay esperanzas para quienes no vamos a ingresar a una escuela de cocina pero aun así queremos formalizar lo que sabemos y aprender mucho más. ¿Para qué? Para cocinar delicioso y siempre delicioso (nada de depender de la suerte), para enriquecer nuestro acervo con nuevos sabores, para disfrutar aún más algo que de por sí nos encanta, para compartir este placer con otros y, también, para hacer de este hobby un negocio.
Una posibilidad son los diplomados sabatinos que ofrecen varias instituciones, pero ¿será suficiente o adecuado? Me he acercado a pedir más información en algunas de ellas y me encuentro con que su metodología se basa en dar a los alumnos un montón de recetas y supervisarlos mientras las realizan. No dudo que aprendería muchas preparaciones que desconozco, y las escuelas se aseguran que sus recetas sean a toda prueba, es decir, que siempre salen bien, lo que ahorra complicaciones a la hora de repetirlas en casa. Pero, ¿qué hay de las técnicas? Y sin técnica, ¿qué posibilidades se le dan a la creatividad?
En algún lado leí que uno puede aprender mil recetas y no saber cocinar. Coincido plenamente, por eso creo que este tipo de diplomados no pasan de ser entretenidos o de formar personal que siempre tendrá que estar a las órdenes de un chef que sea quien tome las decisiones (ojo que es probable que al llegar a trabajar a un restaurante los egresados de estos cursos también tengan que aprender ciertos básicos como la manera de tomar un cuchillo y picar una cebolla, pues no se hace suficiente énfasis en el desarrolo de habilidades).
La otra opción, y es por la que me inclino, es recurrir a la literatura (y si Heston Blumenthal se formó de esta manera no debe estar tan mal). Por eso estoy ampliando mi biblioteca gastronómica y me aseguro de leer un poco cada día. Ahora bien, para no dar saltos del consomé clásico al sushi, de ahí a las masas con levadura y luego al merengue italiano sin ton ni son, recién hice una adquisición en Amazon: The Professional Chef, el libro de texto del Culinary Institute of America. Si sirvió para formar a Anthony Bourdain y otros top chefs, seguro algo bueno puede hacer por mí, ¿qué no? La escuela es considerada por muchos como la Harvard de la gastronomía. En breve compraré también la guía de estudios, que complementa al libro de texto con ejercicios y orientaciones. Los resultados, los veremos en un tiempo, pero al menos resulta muuucho más barato que pagar las colegiaturas de cualquier escuela medianamente reconocida.

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