martes, 2 de septiembre de 2008

Cebollas II, ¿por qué nos hacen llorar?

Cuando el propanotiol presente en las cebollas es liberado al momento de picarlas, reacciona con el agua que hay en nuestros ojos para formar ácido sulfúrico. Como una defensa del organismo vienen las lágrimas. La tolerancia a esta sustancia varía de organismo en organismo, pero según los expertos (Hillman, H. “The New Kitchen Science”) el mejor remedio es picar cebollas más seguido, pues de esta manera el cuerpo va incrementando su tolerancia.

¿El lado positivo? Así como sus aceites volátiles pueden irritarnos los ojos, irritan también nuestros receptores olfativos y gustativos, y con eso los vuelven más sensibles al resto de los sabores de un platillo. Por eso las cebollas (y sus parientes los ajos, el poro o puerro, el echalote, todos de la familia de las liliaceas) son ingrediente indispensable en tantas recetas.

Una recomendación útil es no guardar las cebollas junto a las papas, pues los gases emitidos por las cebollas pueden dar un mal sabor a las papas.

Y había dicho que hoy incluiría también algo sobre literatura. El tiempo se me fue, lo cual quiere decir que habrá que escribir cebollas III... próximamente.

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