jueves, 13 de noviembre de 2008

Starbucks

¿Qué tienen los Starbucks para estar siempre llenos? ¿El mejor café? No, aunque no se puede decir que sea malo. ¿La mejor relación precio-calidad? Definitivamente no, por un café y una rebanada de pastel uno puede pagar más de 80 pesos, mucho más que en cualquier otra cafetería, y recibe un producto aceptable, pero nada más. ¿El mejor servicio? Uno debe formarse para solicitar lo que quiere, a veces los chicos olvidan lo que uno pidió y hay que regresar a recordarles una, dos, tres veces (no exagero, me pasó esta mañana). Eso sí, todos sonríen, tienen buena onda, Starbucks es reconocido como uno de los mejores lugares para trabajar, pero los clientes no parecen ser una prioridad para sus empleados (a menos que crean que sonreir y llamar por su nombre a los clientes es suficiente). Y nadie parece tener el baño bajo su responsabilidad. Al menos el de la sucursal Pilares suele estar sucio, no tener papel o tenerlo en malas condiciones (fuera de su lugar, mojado).
Dirán que detesto Starbucks, pero el hecho es que voy con frecuencia, al menos una vez por semana, pues encuentro condiciones relativamente buenas para trabajar. Me instalo toda la mañana o a veces hasta las 5 o 6 de la tarde. Puedo citar alguien ahí para una reunión, puedo dejar la computadora sola para ir al baño (ofrecen candados a los clientes) y estoy permanentemente conectada a internet. Desafortunadamente pocos locales en la ciudad ofrecen eso y la mayoría de los que lo hacen están fuera del radio en el que estoy dispuesta a moverme cargando la compu. Así es que me resigno a las cosas que no funcionan.
Pero aún así, me sigo preguntando, ¿qué atrae a la gente a Starbucks? Pues no todo mundo va a trabajar y no en todas las zonas es la única opción. El colmo me parece lo que sucede en Buenos Aires. ¿Habrá una ciudad con mayor proporción cafés-habitantes? Hay un café casi en cada esquina, en algunas áreas uno encuentra varios en la misma cuadra. En general sirven buen café (en la mesa, no hay que pararse por él), a buen precio y muchos de ellos tienen wi-fi. Sin embargo, abre el primer Starbucks en el Alto Palermo y hay que hacer cola para entrar y tomarse un café que no es mejor pero cuesta el triple. ¿Alguien me lo puede explicar? ¿Tan esclavos del marketing somos los seres humanos?
Mientras sigo buscando la respuesta, que tal un poco de buen, muy buen café. ¡espero lo disfruten como yo!

2 comentarios:

hora_z dijo...

Bueno, bueno, bueno... qué sorpresa!
Ceci me pasó el link a tu blog y acá estoy.
No me extrañaba que tuvieras un blog, pero ¿de cocina? *_*
Ya leí varias entradas... suficiente como para sentirme hambriento antes del medio día (glup!) Y lo de Cafe Tacvba es genial!
Ahora te dejo un beso.
Y ya pasaré por acá en un par de días a ver si hay novedades.

Porque ya es un hecho
que te vas derecho...
a mis favoritos!

^_^

Horacio

Lucía Remes dijo...

¡Qué gusto encontrarte por acá, Horacio! Y justo en la semana que más abandonado he tenido el blog (de haber sabido, arreglaba un poco más la casa). Te cuento que eres el primero en escribir un comentario, así es que supongo que eso te hace acreedor a algún tipo de premio... Ya pensaré en algo.