lunes, 3 de noviembre de 2008

El Cardenal


Después de tenerlo abandonado por varios años, entre mediados de octubre y este fin de semana he tenido el gusto de comer dos veces en El Cardenal. Visité el original -el de Palma- y el del Sheraton Centro Histórico. ¡Qué grato volver a comer esas tortillas recien hechas y la excelente comida! La atención, sobre todo en el de Palma, estuvo en su punto. Algunas de los platos que comí y vale la pena recomendar:
  • Los tacos de robalo al pastor: el pescado súper fresco, con ese sabor inigualable del robalo, bien adobadito, con su piña, cebolla y cilantro.
  • El pecho de ternera: es imperdible, la carne se deshace, pero es enorme. La orden es para dos personas, pero slcanza para tres si piden algo antes y quieren dejar espacio para el postre.
  • Las nieves (helado de agua): el sábado había de mandarina, mamey, maracuyá y ciruela. Probé todas y me encantaron.

Pero lo mejor de comer en El Cardenal es, como en otros restaurantes que me gustan, la garantía de una ética, que se resume en: elegir los ingredientes de la mejor calidad, prepararlos para satisfacer al paladar más exigente (ellos dicen que al paladar mexicano más exigente, pero me consta que los paladares extranjeros lo disfrutan por igual), cocinar con la máxima higiene, ofrecer el mejor servicio y cobrar precios razonables.

Fotos de Carolina Añino

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