domingo, 10 de enero de 2010

Londres (primera parte)


Por fin, ocho meses después de mi disfrutadísimo viaje a Londres (y anexos) me doy un poquito de tiempo para comenzar a escribir sobre él. Trataré de empezar por el principio.
La culpa es de Narda Lepes, con su Gourmet Londres, que vi por televisión por ahí de 2006 (no estoy segura si la producción es de ese año o del anterior). Desde luego que vi también Gourmet Marruecos, Gourmet Tokio, Gourmet Grecia, etc. (no los recuerdo todos), pero ninguno me capturó como el de Londres. Será porque la ciudad me pareció facinante la primera vez que la visité, en 1986; por las infinitas posibilidades gastronómicas que sugiere el hecho de que sea una de las ciudades con mayor diversidad cultural en el mundo (porobablemente es la más diversa de todas); o tal vez por el descubrimiento, a través de la televisión, de que los ingleses no comen tan mal como siempre se ha dicho, y que en los últimos 10 o 15 años hay un despertar del interés por la buena comida y la buena cocina.


En fin, que desde aquella serie yo rumiaba y rumiaba la posibilidad de viajar, aún sabiendo que es una de las ciudades más caras del mundo y habría que ahorrar para poder hacer todo lo que quería por allá (y sobre todo para comer todo lo que quería probar). En 2008, a pesar de quedarme sin un trabajo estable, pues fue cuando me lancé a trabajar por mi cuenta, decidí que el siguiente año tendría que hacer el viaje, así es que en agosto compré mi guía Lonely Planet para comenzar a prepararme. Volví a ver en YouTube todos los videos de Narda (este que incluyo aquí de la visita a Books for Cooks era uno de mis favoritos) y a recorrer cualquier-cantidad-de-sitios-web para reunir la información que quería. Ya nada (ni la crisis de la bolsa y la devaluación de nuestra moneda) podía detenerme.
El viaje fue un exito absoluto, disfruté cada segundo, y desde luego no todo fue comer y beber. Hubo museos, sitio arqueológico, visita a amigos, larguísimas caminatas, buena música, iglesias medievales, en fin, muchos momentos especiales; pero para efectos de este blog me concentraré en la gastronomía. Espero dedicar próximas entradas a cada uno de los "highlights". Ahí les van, en orden más o menos cronológico:
  • Las ostras (¿qué mejor que los mariscos si uno está en una isla?)
  • El te de la tarde (en Fortnum & Mason)
  • La comida en The Fat Duck (tres estrellas Michelin y catalogado por la revista Restaurant como el segundo mejor del mundo)
  • La de St. John's (sin tanto bombo y platillo, tiene excelente comida y pan, con una propuesta gastronómica basada en aprovechar todo lo que sea comestible de un animal)
  • Los mercados (en especial en Borough Market, absoluto paraiso gourmet)
Ya les iré contando de cada uno (mientras comienzo a planear mi siguiente viaje gourmet). Por lo pronto, sólo de recordar cada uno de estos lugares/sabores se me hace agua la boca y creo que voy a prepararme mi segunda cena de hoy (ji, ji).

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